CAPÍTULO
62
El nuevo engendro mecánico morado del
Dr.Infierno ataca el Japón a golpe de hacha y Koyi, Sayaka y Jefe rivalizan por
ver quién es el primero en llegar al lugar de la batalla.
Mazinger cuenta con ventaja pues puede
volar.
Cuando la bestia se aproxima a una central
nuclear y está a punto de rebanarla aparece el puño volante de Mazinger que lo
derriba de un gancho.
El bicho ataca a Mazinger con su guadaña y
se le hace mierda contra la super aleación Z. Sin duda la había comprado en un
“Todo a euro”. Con los rayos suyper ópticos le descuajaringa un brazo y luego
lo levanta en alto y lo lanza al suelo como un tronco muerto. El bicho huye
vapuleado.
Después que Koyi los chinche, Sayaka y Jefe
discuten. Sayaka humilla de un modo despreciable al bobo de Jefe, que incluso
llega a llorar. Koyi demuestra su “superioridad” dándose el piro volando.
¡Estos chicos de hoy! Comenta el profesor
Yumi ante tanto maltrato.
Después de
una serie de intentos ridículos y fallidos de que RobotBoss vuele, la pandilla
decide chorarle el retropropulsor a Koyi. Este se lleva el chasco cuando
descubre que se lo afanaron y encima Nitan Q3 vuelve a la carga.
Comienza de nuevo el combate pero esta vez
el bruto ha sido remodelado y le secciona de un tajo limpio los dedos a
Mazinger, que además descubre que Nitan ahora puede volar mientras que él está
sin alas.
El bicho además puede ahora lanzar el hacha
de su yelmo, que le provoca a Mazinger un tajo en el abdomen de los que un
mortal no saldría vivo.
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Con unos misiles perforadores le vuela la
cabeza al bruto, pero cuál es su sorpresa al comprobar que de su abdomen suben
unas cortinillas y aparece… ¡otra cara! ¡Este man tiene sus recursos! De esta
cara salen unos rayos oculares súper potentes que ponen a Mazinger en un brete.
Pero allá que llega volando por fin RobotBoss, que había conseguido volar
agarrado a una teta de Afrodita. RobotBoss se estrella contra el monstruo,
derribándolo. Este momento lo aprovecha Koyi para achicharrarlo con sus súper
rayos catódicos… ¡y fin del monstruo!
En el Instituto Fotoatómico vuelven las
peleas…