lunes, 17 de octubre de 2016

CAMINO DE SANTIAGO EN BICI. DIA 3



DIA 3.   16 . SEPTIEMBRE . 2003. Martes.

MONREAL  .  Ronquidos nocturnos a cargo de algunos guiris. A las siete se levanta toda la tropa, pero llevan ya haciendo ruido más de una hora. Esta gente no tiene consideración con las costumbres españolas. Yo me quedo solo hasta las nueve y cuarto, que me levanto.
El mapa salvador
       Bajo a desayunar al Hostal. Café con leche y bollo, y un yogurt que me sobró de ayer. En la gasolinera de enfrente compro un mapa de “El Pais Vasco-La Rioja y Navarra”, y en él observo que ayer di una vuelta del copón por no haberlo comprado antes.
     Son las diez y empiezo a pedalear en dirección a Pamplona, y cuando llevo un par de kilómetros retrocedo, pues veo que la ruta original pasa por los pueblos, y no quiero perderme cosas guapas por querer ir más deprisa. Vuelta para atrás. Llego al cruce de los pueblos, y tomo la dirección equivocada, y no me entero hasta que estoy ya en el cruce con LIXARRAGA, después de unos cinco kilómetros de interminables cuestas. Vuelta para atrás de nuevo. Cuando por fin doy con el buen camino son ya las once. Paso una zona de obras y hormigoneras y un paisaje bastante feo. Atravieso algunos pueblos y cruzo la autovía, llegando a TIEBAS, en cuya gasolinera cojo agua y miro el mapa. Sigo en dirección a PUENTE LA REINA, no hay muchas cuestas. Entro en ENERIZ, donde compro pan y víveres, y me tomo una cerveza y unos “aritos” en la plaza. Son las doce. Visito la ermita de Santa María de Eunate, que me encanta. Después, pasadas la una, llego a PUENTELAREINA. Sello el cartón. El albergue parece muy bueno y hay muchos peregrinos por las calles. Como algo en un banco bajo la arcada de la plaza, mientras tomo notas. Después me echo una siesta en ese mismo banco de al menos tres cuartos de hora.
Santa María de Eunate, una preciosidad.
Por el camino verde, que va a la ermita...


Fotografiando PUENTE LA REINA
El pueblo que se ve detrás mio es CIRAUQUI
     Atontado por la siesta, salgo de nuevo pedaleando dejando atrás el famoso puente de la Reina y me doy la paliza padre al subir una cuesta próxima al mismo. Casi al final de la cuesta me encuentro otro espectáculo. Un tipo con una bici me hace señas para que pare. Es alto, pelo largo y rubio, extranjero. En un castellano fatal me hace ver que necesita parches porque se le ha pinchado la rueda. Me dice que él también es peregrino. Yo me fijo entonces en la bicicleta y me doy cuenta de que el tipo viaja en una “bh” pequeña, antigua, oxidada y llena de mierda. Vamos, un modelo como el que yo tenía cuando era pequeño, sin marchas y sin nada y como si la acabara de sacar de un pajar. Le falta un freno y el asiento lo ha subido a tope. Le pregunto sorprendido si está haciendo el camino con esa bicicletilla y me dice que si, que “deshpaxito”. El chorbo únicamente lleva una mochila de cuero colgada a la espalda. Alucino y me encanta a partes iguales. Saco todo el equipo de arreglo y le ayudo con lo del pinchazo. Hincha la rueda y me abraza efusivamente, agradecido. Me hubiera gustado charlar muchas cosas con este individuo, pero apenas habla español.
Una fuente en ESTELLA, representa un diablo

     Reanudo mi camino y paso CIRAUQUI, que tiene un entorno muy bonito. Después llego a VILLATUERTA. Cruzo un pequeño puentecillo románico y subo hasta su Iglesia, con una imagen exterior de San Veremundo. Descanso un rato bajo la imagen del patrón y continúo camino hasta ESTELLA.
     En ESTELLA deambulo por las calles. Llego a la Plaza Mayor, compro una merienda y me la como frente al río y un puente que lo cruza. Vuelvo a la bici.

Llego tarde a la fuente de vino y de ahí no sale ná de ná.
     Llego al monasterio de IRACHE, cansado de las cuestas que hay desde ESTELLA. El monasterio está cerrado. Visito la famosa fuente que da vino en las Bodegas Irache. Del caño del vino no sale nada porque solo funciona en horario de oficina y son ya las siete y media ¡que lastima!
Descansando bajo la estatua de San Veremundo, en VILLATUERTA

El santo con nombre más molón que he conocido
     Continúo mi camino. Mucho calor. Tengo los labios cortados. La carretera es muy recta con pequeños repechos y amplias bajadas que me hacen volar. Sobre las ocho llego a LOS ARCOS. Es un pueblo muy bonito. En el primer albergue ya no quedan plazas, pero me mandan a otro que está muy bien. Meto la bici dentro, dejo los trastos y me ducho. Salgo a cenar. En la impresionante Iglesia de Santa María sello la credencial. Busco restaurante y entro al Hostal Ezequiel. Despacha una chica muy guapa y por diez euros ceno de maravilla. Vuelvo al albergue.  
     Antes de acostarme, bajo con un libro y el cepillo de dientes. Abajo ya no queda nadie. Firmo en el libro y me pongo a leer. Llega el hospitalero del turno de noche con una botella de vino y dos vasos y nos ponemos a charlar de la historia del pueblo y del camino. Es un tipo muy majo, y se me hace un rato muy agradable. Como en una novela de Sanchez Dragó. Después de leer un ratillo, sobre las doce, me subo para arriba y me meto en la cama. En la habitación hay un concurso de haber quien hace más ruido al respirar.

     Me duermo.

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