martes, 15 de noviembre de 2016

GRANDES PERSONAJES DE LA HISTORIA (De la historia de Bernitronqui)

     Llegué a casa mohino y cansado. De esto hace más de quince años.  Empezaba, o iba a empezar , a estudiar en la Facultad de Bellas Artes. Algo que jamás pensé yo que fuera a ser posible. Cuando todo parecía ir bien, de pronto algún problema  que ahora no recuerdo se me torcía. Mis sueños tanto tiempo acariciados estaban a punto de irse por el sumidero.  Las  cosas se me estaban poniendo cuesta arriba. Delante de mí obstáculos y dificultades  para poder llegar a mis objetivos, que por otra parte todavía no sabía muy bien cuales eran.
     Hastiado y un poco triste me tiré en el sofá y encendí la tele. Al cabo de un rato empezaron a emitir un documental en la 2 que creí interesante.
     Diez minutos después estaba llorando a moco tendido y cuando el documental terminó mi moral estaba por los cielos, y unas ganas de luchar y de comerme el mundo reventaban dentro.  Lo que acababa de ver había borrado de un soplo cualquier desánimo, cualquier duda que hubiera albergado. Barrió de un golpe todo pesimismo, toda cobardía que quisiera apoderarse de mí. Ahora, de repente, sabía que lo conseguiría. Sabía que lo iba a hacer.
     Ese documental era “King Gimp”, que significa “el rey de los tarados”, y narra, grabado año tras año, la vida de Dan Keplinger, un chaval que sufrió parálisis cerebral al nacer debido a una insuficiencia respiratoria. 
     Aunque nada más venir al mundo ya fue rechazado por su padre, su madre jamás dejó de atenderlo y alentarlo para que saliera adelante a pesar de sus grandísimas dificultades. A los catorce años apenas podía hablar, comer, vestirse solo, caminar o controlar cualquier músculo de su cuerpo.
     Hoy es un respetado artista que pinta con un pincel atado a su cabeza y se desplaza en silla de ruedas. Da angustia verlo retorcerse mientras mezcla colores, arrea brochazos sobre el suelo, las rodillas y codos de su ropa totalmente destrozados por los zarandeos.
Tres segundos en la vida de Dan Keplinger
     Pero lo más emocionante no fue ver  sus vaivenes, sus muecas, su paranoica existencia. Tampoco que él mismo escribiera, letra a letra con su “invento de la cabeza”, el guión del documental.  Ni que peleara para emanciparse y vivir solo en un apartamento como cualquier joven de su edad (arrastrándose por el piso como una criatura del averno)  Lo que más me emocionó y sorprendió aquel día fue cuando vi sus cuadros. En los ojos de sus retratos  estaba todo: la angustia, la desazón, las dificultades, la superación, la lucha,  la búsqueda  de libertad dentro de un cuerpo que no te obedece.
     Yo no sé escribir. Hay que ver el documental. Pero solo decir que el coraje, la persistencia y el sacrificio de este tío no te deja indiferente. Y su obra tampoco. Yo creo que soy otra persona después de verlo.  Cuando conocí  su historia, me di  cuenta de cuan tontamente nos preocupamos por nuestras pequeñas y absurdas miserias de cada día.
     Ayer volví a verlo (en portugués, después de mucho buscar en el Youtube) y una lagrimilla se me volvió a escapar.  Es muy emocionante.
     Cuando escribo esto son las doce de la noche. He estado con Noé en el parque, cosa que me encanta, por supuesto. Después he pasado media tarde arreglando una avería de la bicicleta. Hace un rato apenas he cenado y me he puesto a dibujar unas cosas que quiero publicar el viernes.  Me duele la espalda de estar encorvado en el ordenador. Dentro de cinco horas  va a sonar el despertador y otra vez a currar. Sin embargo, yo estoy aquí tan contento. Estoy feliz y con ganas de seguir haciendo cosas.

      ¿Qué quien me inspira esta fuerza? Pues… ¿quién va a ser?  DAN KEPLINGER ¡!

El fondo de este dibujo son cuadros de Dan Keplinger
He intentado utilizar el estilo del maestro en este dibujo de Dan
Ver a ese muchacho vestido de boy scout intentando mantenerse en pie fue muy impactante para mi


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