jueves, 22 de diciembre de 2016

BESTIAS MECÁNICAS DEL DR.INFIERNO: BARAS K9 Y GENOCIDER F9

EPISODIO 33
     La bestia mecánica Baras K9, que estoy seguro fue inspirador de la estética heavy de los ochenta con sus pinchos en brazos y piernas, es muy ágil en el aire y muy mortífero su ataque.
     A punto está de cargarse a nuestros héroes tras una buena balacera de metralleta, que esquivan echándose al suelo.  Después se lanza a por el Mazinger, haciéndole polvo los pinchos-antenas de la cabeza y dejándole el pecho para el chapista. Parece que sus piernas y brazos rotato-pinchudos pueden hasta con la aleación Z, y el Baras sabe usarlos haciendo llaves de puro judo. Cuando Koji consigue entrar a la cabina el monstruo le escupe un líquido rosa chiclóso, y por no llevar ni un triste limpia parabrisas Mazinger Z queda ciego a merced de los embistes.
     En el Centro Fotoatómico consiguen echar la súper barrera de metacrilato gordo que consigue que el bruto mecánico abandone. Koji quiere salir a perseguirlo, y se enfurruña mucho cuando el Doctor Yumi se lo impide: Mazinguer no está preparado para semejante mamotreto, y en un plis plas Yumi vuela a Nueva York, para chequear unos planos muy currados del diseño de las alas que harán posible que Mazinger vuele. Lo que no sabe es que allí, un personaje intrigante y agitanado le está espiando, y seguro que con poco buenas intenciones.
     Cuando el Baras K9 regresa al Instituto, consigue romper la barrera. Ciega de nuevo a Mazinguer con su escupitajo rosa y le da andanadas de ostias tras bloquearlo con una montaña de cascotes. Pero Koji, muy espabilado él, cae en la cuenta de que tiene un radar, y con él consigue localizar al bruto y hacerle un disparo certero de rayo cósmico ocular que deja al bicho como un muñeco roto de calamina comprado en el Todo a 100. ¡Por los pelos del Yul Briner!

EPISODIO 34
     El Doctor Infierno sabe bien que Mazinguer Z en el aire está más perdido que una mula en un garaje. Así que manda a su nuevo engendro, Genocider F9, cargadito de misiles. El bicho, que parece un Boeing y es un artista de la aeronáutica, tiene cara de malote.
     Dentro del Instituto, el espía gitano de Nueva York se ha infiltrado, y tras salirle una antenas de las orejas y ponérsele los ojos como dos luceros, recibe órdenes del barón Ashler de abrir la barrera protectora.  Procede a ello y el Genocider  F9 se lía a pepinazos con las instalaciones, dejando el Instituto Fotoatómico como el Alcázar de Toledo.
     A todo esto ya estaban listas las nuevas alas de Mazinger Z, que no ve el momento de estrenarlas. Así que de entre los escombros aparece victorioso un par de alas brillantitas y nuevecitas, que el Mazinger se acopla de un brinco. Sale volando cual grácil avecilla, haciendo piruetas como si llevara toda la vida en ello. Como están hechas de súper aleación Z, más duro que la baquelita, las alas no se deterioran cuando son atacadas por los misiles de Genocider.
     Este sin embargo debía estar fabricado de chapa galvanizada, porque de un disparo de rayo láser fotónico se desintegra en el aire como un farolillo chino de papel.

     Y es que el doctor Infierno es generoso en ingenio, pero muy tacaño con los materiales. Por cierto, el gitano espía de antenas en las orejas era un robotoide con jersey de cuello alto y cerebro al descubierto, que también disparaba rayos de los ojos. ¡Menuda alhaja!

La formidable bestia mecánica Baras K9, ya tenía yo ganas de dibujarle

El Baras K9 lanzando su fuego de pecho en pleno vuelo

Mitad samurai chepudo, mitad heavy metal ochentero, el Baras K9 se bate en retirada 

Uy! que cara de chungo que tiene el Genocider F9

El único robot que puede arrascarse la planta del pie sin agacharse y armado hasta los dientes

El Genocider en vuelo picado parece un Airbus A380 ¡Mi madre, que peligro!

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