EPISODIO 33
La bestia
mecánica Baras K9, que estoy seguro
fue inspirador de la estética heavy de los ochenta con sus pinchos en brazos y
piernas, es muy ágil en el aire y muy mortífero su ataque.
A punto está de
cargarse a nuestros héroes tras una buena balacera de metralleta, que esquivan
echándose al suelo. Después se lanza a
por el Mazinger, haciéndole polvo los pinchos-antenas de la cabeza y dejándole
el pecho para el chapista. Parece que sus piernas y brazos rotato-pinchudos
pueden hasta con la aleación Z, y el Baras sabe usarlos haciendo llaves de puro
judo. Cuando Koji consigue entrar a la cabina el monstruo le escupe un líquido
rosa chiclóso, y por no llevar ni un triste limpia parabrisas Mazinger Z queda
ciego a merced de los embistes.
En el Centro Fotoatómico consiguen echar la súper
barrera de metacrilato gordo que consigue que el bruto mecánico abandone. Koji
quiere salir a perseguirlo, y se enfurruña mucho cuando el Doctor Yumi se lo
impide: Mazinguer no está preparado para semejante mamotreto, y en un plis plas
Yumi vuela a Nueva York, para chequear unos planos muy currados del diseño de
las alas que harán posible que Mazinger vuele. Lo que no sabe es que allí, un
personaje intrigante y agitanado le está espiando, y seguro que con poco buenas
intenciones.
Cuando el Baras K9 regresa al Instituto, consigue
romper la barrera. Ciega de nuevo a Mazinguer con su escupitajo rosa y le da
andanadas de ostias tras bloquearlo con una montaña de cascotes. Pero Koji, muy
espabilado él, cae en la cuenta de que tiene un radar, y con él consigue
localizar al bruto y hacerle un disparo certero de rayo cósmico ocular que deja
al bicho como un muñeco roto de calamina comprado en el Todo a 100. ¡Por los
pelos del Yul Briner!
EPISODIO 34
El Doctor Infierno
sabe bien que Mazinguer Z en el aire está más perdido que una mula en un
garaje. Así que manda a su nuevo engendro, Genocider
F9, cargadito de misiles. El bicho, que parece un Boeing y es un artista de
la aeronáutica, tiene cara de malote.
Dentro del Instituto, el espía gitano de
Nueva York se ha infiltrado, y tras salirle una antenas de las orejas y
ponérsele los ojos como dos luceros, recibe órdenes del barón Ashler de abrir
la barrera protectora. Procede a ello y
el Genocider F9 se lía a pepinazos con las
instalaciones, dejando el Instituto Fotoatómico como el Alcázar de Toledo.
A todo esto ya
estaban listas las nuevas alas de Mazinger Z, que no ve el momento de
estrenarlas. Así que de entre los escombros aparece victorioso un par de alas
brillantitas y nuevecitas, que el Mazinger se acopla de un brinco. Sale volando
cual grácil avecilla, haciendo piruetas como si llevara toda la vida en ello. Como
están hechas de súper aleación Z, más duro que la baquelita, las alas no se
deterioran cuando son atacadas por los misiles de Genocider.
Este sin embargo
debía estar fabricado de chapa galvanizada, porque de un disparo de rayo láser
fotónico se desintegra en el aire como un farolillo chino de papel.
Y es que el
doctor Infierno es generoso en ingenio, pero muy tacaño con los materiales. Por
cierto, el gitano espía de antenas en las orejas era un robotoide con jersey de
cuello alto y cerebro al descubierto, que también disparaba rayos de los ojos. ¡Menuda
alhaja!
La formidable bestia mecánica Baras K9, ya tenía yo ganas de dibujarle |
El Baras K9 lanzando su fuego de pecho en pleno vuelo |
Mitad samurai chepudo, mitad heavy metal ochentero, el Baras K9 se bate en retirada |
Uy! que cara de chungo que tiene el Genocider F9 |
El único robot que puede arrascarse la planta del pie sin agacharse y armado hasta los dientes |
El Genocider en vuelo picado parece un Airbus A380 ¡Mi madre, que peligro! |
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